Después de todas las pruebas de fertilidad que nos hicieron en Julio, y habiendo esperado una regla; tal y como nos habían recomendado los médicos. Nos ponemos manos a la obra y nos quedamos embarazados a la primera.
En septiembre tengo la falta y pido cita con el ginecólogo, todo va bien, más o menos de 6 semanas y ya tiene latido. Me recomiendan reposo relativo, no tener relacciones sexuales, no coger peso, y empezar a ponerme 600 de progesterona (2 pastillas de 100 cada 8 horas) via vaginal, además de tomar Adiro 100 y las vitaminas prenatales Natalben Supra
Empiezo a notar las primeras nauseas y pasadas un par de semanas noto como el vientre empieza a hincharse por las tardes... ¡bien! esto es síntoma de que va todo viento en popa.
Un día encuetro una manchita de sangre en mi ropa interior y se me viene todo encima, nos acercamos a urgencias y me dicen que puede ser un resto de la regla anterior o bien que sin darme cuenta me haya arañado con alguna uña al colocarme la progesterona. Nos mandan a casa, ya que el embrión late con fuerza y todo está bien.
A los diez días tengo de nuevo cita con la ginecóloga, más o menos estaré de unas 9 semanas, pero me lo confirmarán en la ecografía. Pero ese mismo día al levantarme y colocarme la progesterona vuelvo a manchar, esta vez un flujo rosita y mancho así toda la mañana. Decido irme del trabajo a casa para descansar y hacer todo el reposo posible hasta la ecografía por la tarde.
Al llegar a la consulta le comento a la ginecóloga que llevo manchando desde por la mañana, no mucho pero me preocupa, y me pide que suba a la camilla. Me coloca el ecógrafo y me confirma que el embrión no tiene latido.
No tiene latido... No tiene latido... Mi marido se levanta de la silla y al ver mi expresión le cambia la cara. Hemos vuelto a perder. Otra vez más. Hemos vuelto a perder. Y ya van 4...
Le pregunto a la doctora si se sabe cuándo ha dejado de latir, y me confirma que en la semana 7+5. Otra vez justo antes de hacer las 8 semanas. Otra vez más en la misma fecha. Me pide que vuelva a vestirme y me explica lo que vamos a hacer.
Me dice que se trata de un aborto diferido, ya que paró hace días y todavía no he empezado a expulsarlo. El procedimiento a seguir es eliminarlo con un legrado. Como la hemorragia no es excesiva, me pide que vaya a casa, haga reposo para evitar que vaya a más el sangrado y me da un volante para ingresar al día siguiente para un legrado. ¿Un legrado? Había oido hablar de eso, pero en los 3 abortos anteriores no me lo tuvieron que hacer y no sé exactamente en qué consiste.
Me lo explica un poco por encima. Creo que no quiere entrar en detalles debido a mi estado de nervios. Me pide que deje te tomar la progesterona, el adiro y el natalben... Me explica que quizá la progesterona ha hecho que aunque el embarazo se haya parado, no lo he expulsado como las anteriores veces. Y vuelve a insistir que no tome adiro ya que puede causarme hemorragias.
Y nos marchamos a casa... Nada más salir de la consulta llamamos a casa, nuestra familia estaba pendiente de que todo fuera bien. Todos esparábamos que iba a ir bien. Pero no ha sido así. Una vez más, no ha ido bien.
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