Mis bebés estrella


Los bebés estrella son aquellos hijos que no llegaron a nacer, los que se fueron al cielo desde el vientre materno.

Escribo este blog para contar desde mi experiencia, los sentimientos de una madre al afrontar la pérdida de un embarazo.

Éste es mi rincón de desahogo para superar el duelo.



11 jun 2013

Nuestra tercera estrella

El aborto del pasado diciembre fue una malísima experiencia, y muy doloroso. A pesar de todo, y de haber perdido nueestro bebé, empezamos a buscar en cuanto pasa la primera regla. A primeros de mayo tenemos el positivo, y esta vez nos tomamos con más cautela el ir dando la noticia todo el mundo. Nos hace muchísima ilusión este positivo, como todos los positivos anteriores, pero nos lo guardamos sólo para nosotros y los más allegados.

Nos vamos de viaje a ver a la abuela de mi marido, en el camino vamos pensando si le daremos la noticia a la abuela o no... pero al llegar al destino comienzo a manchar. Mi mundo se derrumbar, me pongo a llorar, no puedo hablar, estoy muy nerviosa. Sólo quiero volver a Madrid para ir al hospital.

Al llegar al hospital me dicen que el embarazo está bien, estoy de 7+4, pero que debería guardar reposo absoluto. Le pido a la ginecóloga algo para poder retener el embarazo, lo que sea, ¡algo debe haber!, le pregunto por la progesterona, la heparina, todas las opciones que había leido en mil y un foros distintos en internet. Y me receta a regañadientes la progesterona, me dice que es realmente efectiva por via vaginal, pero con el manchado es mejor que la tome oral.

Llegamos a casa, me meto en la cama, me tomo la progesterona y preparo un mail para mi jefe, explicando que al día siguiente no podré ir a trabajar.

Al segundo día de estar en cama, empiezo a tener dolores de regla, y en cuestión de minutos me da un dolor muy fuerte, como si fuera un cólico, una contracción... Voy al baño, no puedo aguantar y empujo. Y cae a la maldita taza del WC mi embarazo, cae mi bebé, otra vez por la taza del WC, otra vez lo he perdido.

Vamos a urgencias y al hacerme la ecografía sorprende que no haya ningún resto de embarazo, no hay nada, lo perdí por completo en casa. Se acabó. Otra vez, esa tremenda sensación de vacío. Esa sensación de derrota, una vez más.