Mis bebés estrella
Los bebés estrella son aquellos hijos que no llegaron a nacer, los que se fueron al cielo desde el vientre materno.
Escribo este blog para contar desde mi experiencia, los sentimientos de una madre al afrontar la pérdida de un embarazo.
Éste es mi rincón de desahogo para superar el duelo.
31 oct 2013
Papá en duelo
No sé cómo ayudar a mi chico, no puedo hablar del tema del aborto, y sé que él no para de darle vueltas pero no quiere ni que se saque el tema en casa. El caso es que luego se mete en una habitación a hablar por el móvil y le oigo que le está contando a algún amigo con todo detalle todo lo que ha ocurrido y lo mal que lo estoy pasando yo.
Necesito hablar, necesito desahogarme, y necesito hacerlo con mi chico, porque él es parte de todo esto. No quiero hablarlo con terceras personas, aunque sé que me aprecian, y me apoyan. Necesito hacerlo con él, y parece que hay un muro que nos impide hablar del tema. Él no quiere hablar del tema conmigo.
Imagino que necesita tiempo, para aceptarlo, para coger fuerzas, para entender lo que ha pasado. Pero y lo que yo necesito ¿qué?
28 oct 2013
Vuelta a la rutina
No, no estoy bien, me he engañado. Llevo 5 días engañándome a mí misma y engañando a los demás. No estoy bien, estoy triste, muy triste. Pensé que retomar la normalidad cuanto antes sería bueno. Pensé que no cogerme ni un sólo día de baja sería bueno. Pensé que mantener la mente ocupada en el trabajo, sería bueno. Pero no lo es.
Porque no duermo, no descanso. Porque no rindo. Porque a la gente de la oficina no le interesa si estoy mal. Porque no lo saben. No saben que he perdido mi cuarto bebé. No interesa. ¿Para qué lo voy a contar? Para dar lástima? Para que no sepan qué decir? Aquí se viene a trabajar, no a contar las penas. Así que me encierro en el baño porque no estoy bien, porque cuando suena el teléfono de mi mesa temo que no me salga la voz, porque a veces me cuesta hablar. Y me siento culpable.
No lo estoy haciendo bien. Y estoy deseando salir del trabajo para recoger a mi hijo de la guardería y comerle a besos, pero él nota que estoy triste, y me pregunta si estoy malita. Y me siento más culpable todavía.
Llevamos más de año y medio buscando un hermanito para él. Año y medio y 3 abortos. He estado ocupada en cuidarme, en no hacer esfuerzos, en hacerme revisiones. Tengo la sensación de que he estado meses y meses empeñada en un sueño que no se está cumpliendo, y he dejado de lado a lo que más quiero. Tengo la sensación de que no le he dado todo lo que se merece, por estar pensando en otro futuro bebé que no llega, por hacer planes tan a largo plazo.
No he vivido el día a día, no le he hecho cosquillas, no le he podido coger, no he podido tirarme al suelo con él para jugar, por no hacer ningún esfuerzo. Y ha sido en vano. Me lo he perdido. Me he perdido disfrutar al máximo dia a día con mi hijo por un sueño que no ha llegado. Y él no se lo merece. Y me siento más culpable.
Y ese mismo sentimiento de culpa es que el me hace ponerme las pilas, y hacerle cosquillas, y hacerle reir, y tirarme al suelo a jugar con él, y cogerle y achucharle en brazos. Porque él se lo merece. Porque él lo es todo.
Porque no duermo, no descanso. Porque no rindo. Porque a la gente de la oficina no le interesa si estoy mal. Porque no lo saben. No saben que he perdido mi cuarto bebé. No interesa. ¿Para qué lo voy a contar? Para dar lástima? Para que no sepan qué decir? Aquí se viene a trabajar, no a contar las penas. Así que me encierro en el baño porque no estoy bien, porque cuando suena el teléfono de mi mesa temo que no me salga la voz, porque a veces me cuesta hablar. Y me siento culpable.
No lo estoy haciendo bien. Y estoy deseando salir del trabajo para recoger a mi hijo de la guardería y comerle a besos, pero él nota que estoy triste, y me pregunta si estoy malita. Y me siento más culpable todavía.
Llevamos más de año y medio buscando un hermanito para él. Año y medio y 3 abortos. He estado ocupada en cuidarme, en no hacer esfuerzos, en hacerme revisiones. Tengo la sensación de que he estado meses y meses empeñada en un sueño que no se está cumpliendo, y he dejado de lado a lo que más quiero. Tengo la sensación de que no le he dado todo lo que se merece, por estar pensando en otro futuro bebé que no llega, por hacer planes tan a largo plazo.
No he vivido el día a día, no le he hecho cosquillas, no le he podido coger, no he podido tirarme al suelo con él para jugar, por no hacer ningún esfuerzo. Y ha sido en vano. Me lo he perdido. Me he perdido disfrutar al máximo dia a día con mi hijo por un sueño que no ha llegado. Y él no se lo merece. Y me siento más culpable.
Y ese mismo sentimiento de culpa es que el me hace ponerme las pilas, y hacerle cosquillas, y hacerle reir, y tirarme al suelo a jugar con él, y cogerle y achucharle en brazos. Porque él se lo merece. Porque él lo es todo.
27 oct 2013
¿Qué es un legrado?
En cirugía, el legrado o curetaje consiste en el uso de una legra o cureta para eliminar tejido del útero mediante raspado o cucharillado. Puede utilizarse para obtener una biopsia de una masa para determinar si es un granuloma, neoplasia, u otra clase de tumor. Puede utilizarse también paliativamente para reducir masas; en muchos lugares también se sigue usando para realizar un aborto quirúrgico dentro de los primeros tres meses o como tratamiento tras un aborto espontáneo (en algunos lugares estas dos últimas intervenciones se llevan a cabo con el uso de fármacos específicos). Suele formar parte de la operación denominada dilatación y curetaje, y a menudo se usa como término equivalente de dicha operación. En ginecología, la dilatación y legrado (D y L) es un procedimiento que se realiza a ciegas y en el que, tras la dilatación del canal cervical con un espéculo, se procede a la limpieza de la cavidad uterina. Luego se extrae el tejido endometrial para su examen. Este procedimiento debe realizarse en hospitales o clínicas y requiere anestesia local o general (según las condiciones particulares de cada caso).
Indicaciones de legrado
Diagnóstico de cáncer uterino, extracción de tejidos tras un aborto espontáneo, tratamiento de sangrados menstruales abundantes, investigación de infertilidad, tratamiento de sangrados profusos o irregulares, poliposis endometrial, engrosamiento uterino, dispositivos intrauterinos incrustados, sangrados post-menopáusicos, sangrados anormales durante terapia de reemplazo hormonal.
Riesgos asociados
Los riesgos asociados al legrado incluyen la evacuación incompleta de productos de la concepción, la perforación del útero, los daños al endometrio, las adhesiones intrauterinas o síndrome de Asherman, los daños al cérvix, las infecciones del útero o de la zona pélvica y las hemorragias. Además, entraña los riesgos habitualmente asociados con toda operaciones quirúrgicas y el uso de anestesia general.
Recomendaciones tras Legrado
1. Debe salir del Hospital con un acompañante y no se debe conducir algun vehículo.
2. Repose en cama o tumbona al menos 24 horas tras la intervención.
3. Puede levantarse para comer o ir al aseo. Si desea ducharse hágalo acompañada.
4. Es normal un flujo oscuro, similar al de la menstruación (regla), intermitente o constante durante un par de semanas. Algunas mujeres no sangran casi nada; otras tienen "retortijones" y eliminas algunos coágulos en los primeros días tras la intervención. Ambas cosas son normales, siempre que no superen lo que habitualmente se sangra con una regla normal.
5. Use compresas externas durante los tres primeros días y después protección (salvaslips) si lo precisa: evite usar tampones.
6. Su primer periodo menstrual puede producirse al cabo de 2 -6 semanas. Consulte a su médico si tarda más de 6 semanas.
7. Puede mantener relaciones sexuales desde que lo desee; pero no el coito hasta 3 semanas después de la intervención.
8. Si tiene dolor en el hipogastrio (bajo vientre), similar a una regla, puede tomarse un analgésico corriente (paracetamol, nolotil, buscapina...) con un poco de líquido.
9. Entregue a su médico de cabecera el informe de alta que se le entrega.
10. Póngase en contacto con su Centro de Salud en caso de:
• Sangrado mayor que una regla, de forma persistente
• Dolor en hipogastrio que no cede con analgésicos habituales
• Flujo de mal olor
• Fiebre
11. El material que se extrae con el legrado (tejidos) se envía para estudio anatomopatológico. Si el resultado no revela alteraciones significativas este informe se archiva en su historia. En caso contrario se le citará desde el Hospital.
Indicaciones de legrado
Diagnóstico de cáncer uterino, extracción de tejidos tras un aborto espontáneo, tratamiento de sangrados menstruales abundantes, investigación de infertilidad, tratamiento de sangrados profusos o irregulares, poliposis endometrial, engrosamiento uterino, dispositivos intrauterinos incrustados, sangrados post-menopáusicos, sangrados anormales durante terapia de reemplazo hormonal.
Riesgos asociados
Los riesgos asociados al legrado incluyen la evacuación incompleta de productos de la concepción, la perforación del útero, los daños al endometrio, las adhesiones intrauterinas o síndrome de Asherman, los daños al cérvix, las infecciones del útero o de la zona pélvica y las hemorragias. Además, entraña los riesgos habitualmente asociados con toda operaciones quirúrgicas y el uso de anestesia general.
Recomendaciones tras Legrado
1. Debe salir del Hospital con un acompañante y no se debe conducir algun vehículo.
2. Repose en cama o tumbona al menos 24 horas tras la intervención.
3. Puede levantarse para comer o ir al aseo. Si desea ducharse hágalo acompañada.
4. Es normal un flujo oscuro, similar al de la menstruación (regla), intermitente o constante durante un par de semanas. Algunas mujeres no sangran casi nada; otras tienen "retortijones" y eliminas algunos coágulos en los primeros días tras la intervención. Ambas cosas son normales, siempre que no superen lo que habitualmente se sangra con una regla normal.
5. Use compresas externas durante los tres primeros días y después protección (salvaslips) si lo precisa: evite usar tampones.
6. Su primer periodo menstrual puede producirse al cabo de 2 -6 semanas. Consulte a su médico si tarda más de 6 semanas.
7. Puede mantener relaciones sexuales desde que lo desee; pero no el coito hasta 3 semanas después de la intervención.
8. Si tiene dolor en el hipogastrio (bajo vientre), similar a una regla, puede tomarse un analgésico corriente (paracetamol, nolotil, buscapina...) con un poco de líquido.
9. Entregue a su médico de cabecera el informe de alta que se le entrega.
10. Póngase en contacto con su Centro de Salud en caso de:
• Sangrado mayor que una regla, de forma persistente
• Dolor en hipogastrio que no cede con analgésicos habituales
• Flujo de mal olor
• Fiebre
11. El material que se extrae con el legrado (tejidos) se envía para estudio anatomopatológico. Si el resultado no revela alteraciones significativas este informe se archiva en su historia. En caso contrario se le citará desde el Hospital.
26 oct 2013
¿Qué es un aborto diferido?
Aborto diferido o retenido: cuando muere el embrión pero la mujer no logra eliminar el saco gestacional durante varias semanas o incluso meses. Ocurre normalmente entre las semanas 8 y 12, desaparecen poco a poco los síntomas de embarazo, el útero deja de crecer y las pruebas de embarazo se vuelven negativas aproximadamente 10 días después de la muerte fetal. Requiere tratamiento (legrado) para eliminar el contenido del útero.
Mi experiencia de legrado
Tenía el volante para ingresar a las 9 en ayunas, pero la lluvia y los atascos de Madrid hacen que lleguemos al hospital a casi una hora más tarde. El día amaneció gris, y el cielo lloraba. Así estaba yo también.
Al llegar al hospital, unas preguntas de rigor para completar el historial, un electro para comprobar que todo estaba bien, y una analítica. Me dan un camisón y me piden que espere en un habitación.
Llega la ginecóloga y me coloca unas pastillas en la vagina para empezar la dilatación. Tengo que dilatar para poder colocar más tarde el aparato para hacer el legrado. Y hasta dentro de dos horas no bajaremos al quirófano.
Dos horas que al final fueron 4. 4 horas de espera que dieron para mucho y para nada a la vez. Esperar con mi padre y mi marido en la sala. Los tres, en silencio o con conversaciones que no iban a ningún sitio. "Parece que ha dejado de llover..."
Estamos cansados, el día anterior fue duro, sobretodo la noche. Pero no podemos dormir ninguno. Sólo esperamos. Abrimos la puerta de la habitación y no soy la única que espera para un legrado. Al otro lado del pasillo, un marido camina nervioso y habla con las enfermeras... ¿cuánto tiempo queda?
Al final a eso de las 3 de la tarde viene un celador a buscarme, y me baja a quirófano. Llegamos. Hace frío. Y un montón de gente me recibe. "¿Qué tal cariño? ¿Cómo estás? Soy la ginecóloga" Y me dice su apellido. Y me echo a llorar.
Le explico que ella era una de las ginecólogas que me habían recomendado para que llevara mi embarazo, y mira en qué situación la conozco... Pero ella me tranquiliza, y me pide que piense en algo bonito, me pregunta por mi hijo. Me van a dormir. Y duermo.
Despierto 15 minuntos después. Sólo 15 minutos. Ya ha pasado todo. Y despierto llorando, igual que me dormí. Tengo frio. Hace frio. Y me colocan una manta para entrar en calor.
Media hora después entra mi marido a la sala de recuperación y me dan una botella de agua para hidratarme. Estoy triste, y él también. Pero estamos juntos y es lo importante.
Un ratito después cuando ya me encuentro mejor, voy a lavarme y a vestirme. Me entregan el informe y me dan algunas recomendaciones. Y nos vamos a casa. Me voy a casa, vacía.
Al llegar al hospital, unas preguntas de rigor para completar el historial, un electro para comprobar que todo estaba bien, y una analítica. Me dan un camisón y me piden que espere en un habitación.
Llega la ginecóloga y me coloca unas pastillas en la vagina para empezar la dilatación. Tengo que dilatar para poder colocar más tarde el aparato para hacer el legrado. Y hasta dentro de dos horas no bajaremos al quirófano.
Dos horas que al final fueron 4. 4 horas de espera que dieron para mucho y para nada a la vez. Esperar con mi padre y mi marido en la sala. Los tres, en silencio o con conversaciones que no iban a ningún sitio. "Parece que ha dejado de llover..."
Estamos cansados, el día anterior fue duro, sobretodo la noche. Pero no podemos dormir ninguno. Sólo esperamos. Abrimos la puerta de la habitación y no soy la única que espera para un legrado. Al otro lado del pasillo, un marido camina nervioso y habla con las enfermeras... ¿cuánto tiempo queda?
Al final a eso de las 3 de la tarde viene un celador a buscarme, y me baja a quirófano. Llegamos. Hace frío. Y un montón de gente me recibe. "¿Qué tal cariño? ¿Cómo estás? Soy la ginecóloga" Y me dice su apellido. Y me echo a llorar.
Le explico que ella era una de las ginecólogas que me habían recomendado para que llevara mi embarazo, y mira en qué situación la conozco... Pero ella me tranquiliza, y me pide que piense en algo bonito, me pregunta por mi hijo. Me van a dormir. Y duermo.
Despierto 15 minuntos después. Sólo 15 minutos. Ya ha pasado todo. Y despierto llorando, igual que me dormí. Tengo frio. Hace frio. Y me colocan una manta para entrar en calor.
Media hora después entra mi marido a la sala de recuperación y me dan una botella de agua para hidratarme. Estoy triste, y él también. Pero estamos juntos y es lo importante.
Un ratito después cuando ya me encuentro mejor, voy a lavarme y a vestirme. Me entregan el informe y me dan algunas recomendaciones. Y nos vamos a casa. Me voy a casa, vacía.
25 oct 2013
Mi noche de duelo
Esta tarde me he enterado de que el embarazo se ha parado, su corazón dejó de latir en la semana 7+5, la fatídica semana 7+5. A punto de cumplir las 8 semanas de embarazo, y el corazón se ha vuelto a parar. Otra vez más, por tercera vez ya.
Sé que mañana va a ser un día duro, me harán un legrado, pero cuando me voy a la cama no sé todavía que la noche va a ser peor aún. Intento dormir, necesito descansar, pero a la hora despierto llorando, sé que es una batalla perdida, sé que no hay nada que hacer, pero no puedo parar de llorar. Mi bebé se ha vuelto a ir.
Intento pensar en positivo, pero ya no hay nada a lo que agarrarme y decido yo sola que no volveré a intentar el embarazo nunca más. Decido yo sola que mañana cuando entre en el hospital pediré que me hagan una ligadura de trompas, no valgo para tener más hijos. Decido yo sola que es el momento de parar de hacerme daño, y de hacérselo a los demás.
Me pregunto una y otra vez qué he hecho tan horrible para merecer esta tortura, ¿por qué la vida me está tratando así?... pero no encuentro respuesta posible. Y después de minutos y minutos, me contesto a mi misma "Estas cosas pasan". Esa respuesta que la gente me dio una y otra vez después de las otras pérdidas, esa respuesta que yo no entendía, ahora es mi único consuelo, porque no entiendo lo que está ocurriendo.
Termino sentada en la cama, acariciándome la barriga, despidiéndome de mi nuevo bebé estrella; y pidiéndole que me dé fuerzas para superar su propia pérdida. Hasta siempre, mi bebé.
Sé que mañana va a ser un día duro, me harán un legrado, pero cuando me voy a la cama no sé todavía que la noche va a ser peor aún. Intento dormir, necesito descansar, pero a la hora despierto llorando, sé que es una batalla perdida, sé que no hay nada que hacer, pero no puedo parar de llorar. Mi bebé se ha vuelto a ir.
Intento pensar en positivo, pero ya no hay nada a lo que agarrarme y decido yo sola que no volveré a intentar el embarazo nunca más. Decido yo sola que mañana cuando entre en el hospital pediré que me hagan una ligadura de trompas, no valgo para tener más hijos. Decido yo sola que es el momento de parar de hacerme daño, y de hacérselo a los demás.
Me pregunto una y otra vez qué he hecho tan horrible para merecer esta tortura, ¿por qué la vida me está tratando así?... pero no encuentro respuesta posible. Y después de minutos y minutos, me contesto a mi misma "Estas cosas pasan". Esa respuesta que la gente me dio una y otra vez después de las otras pérdidas, esa respuesta que yo no entendía, ahora es mi único consuelo, porque no entiendo lo que está ocurriendo.
Termino sentada en la cama, acariciándome la barriga, despidiéndome de mi nuevo bebé estrella; y pidiéndole que me dé fuerzas para superar su propia pérdida. Hasta siempre, mi bebé.
24 oct 2013
Nuestra cuarta estrella
Después de todas las pruebas de fertilidad que nos hicieron en Julio, y habiendo esperado una regla; tal y como nos habían recomendado los médicos. Nos ponemos manos a la obra y nos quedamos embarazados a la primera.
En septiembre tengo la falta y pido cita con el ginecólogo, todo va bien, más o menos de 6 semanas y ya tiene latido. Me recomiendan reposo relativo, no tener relacciones sexuales, no coger peso, y empezar a ponerme 600 de progesterona (2 pastillas de 100 cada 8 horas) via vaginal, además de tomar Adiro 100 y las vitaminas prenatales Natalben Supra
Empiezo a notar las primeras nauseas y pasadas un par de semanas noto como el vientre empieza a hincharse por las tardes... ¡bien! esto es síntoma de que va todo viento en popa.
Un día encuetro una manchita de sangre en mi ropa interior y se me viene todo encima, nos acercamos a urgencias y me dicen que puede ser un resto de la regla anterior o bien que sin darme cuenta me haya arañado con alguna uña al colocarme la progesterona. Nos mandan a casa, ya que el embrión late con fuerza y todo está bien.
A los diez días tengo de nuevo cita con la ginecóloga, más o menos estaré de unas 9 semanas, pero me lo confirmarán en la ecografía. Pero ese mismo día al levantarme y colocarme la progesterona vuelvo a manchar, esta vez un flujo rosita y mancho así toda la mañana. Decido irme del trabajo a casa para descansar y hacer todo el reposo posible hasta la ecografía por la tarde.
Al llegar a la consulta le comento a la ginecóloga que llevo manchando desde por la mañana, no mucho pero me preocupa, y me pide que suba a la camilla. Me coloca el ecógrafo y me confirma que el embrión no tiene latido.
No tiene latido... No tiene latido... Mi marido se levanta de la silla y al ver mi expresión le cambia la cara. Hemos vuelto a perder. Otra vez más. Hemos vuelto a perder. Y ya van 4...
Le pregunto a la doctora si se sabe cuándo ha dejado de latir, y me confirma que en la semana 7+5. Otra vez justo antes de hacer las 8 semanas. Otra vez más en la misma fecha. Me pide que vuelva a vestirme y me explica lo que vamos a hacer.
Me dice que se trata de un aborto diferido, ya que paró hace días y todavía no he empezado a expulsarlo. El procedimiento a seguir es eliminarlo con un legrado. Como la hemorragia no es excesiva, me pide que vaya a casa, haga reposo para evitar que vaya a más el sangrado y me da un volante para ingresar al día siguiente para un legrado. ¿Un legrado? Había oido hablar de eso, pero en los 3 abortos anteriores no me lo tuvieron que hacer y no sé exactamente en qué consiste.
Me lo explica un poco por encima. Creo que no quiere entrar en detalles debido a mi estado de nervios. Me pide que deje te tomar la progesterona, el adiro y el natalben... Me explica que quizá la progesterona ha hecho que aunque el embarazo se haya parado, no lo he expulsado como las anteriores veces. Y vuelve a insistir que no tome adiro ya que puede causarme hemorragias.
Y nos marchamos a casa... Nada más salir de la consulta llamamos a casa, nuestra familia estaba pendiente de que todo fuera bien. Todos esparábamos que iba a ir bien. Pero no ha sido así. Una vez más, no ha ido bien.
En septiembre tengo la falta y pido cita con el ginecólogo, todo va bien, más o menos de 6 semanas y ya tiene latido. Me recomiendan reposo relativo, no tener relacciones sexuales, no coger peso, y empezar a ponerme 600 de progesterona (2 pastillas de 100 cada 8 horas) via vaginal, además de tomar Adiro 100 y las vitaminas prenatales Natalben Supra
Empiezo a notar las primeras nauseas y pasadas un par de semanas noto como el vientre empieza a hincharse por las tardes... ¡bien! esto es síntoma de que va todo viento en popa.
Un día encuetro una manchita de sangre en mi ropa interior y se me viene todo encima, nos acercamos a urgencias y me dicen que puede ser un resto de la regla anterior o bien que sin darme cuenta me haya arañado con alguna uña al colocarme la progesterona. Nos mandan a casa, ya que el embrión late con fuerza y todo está bien.
A los diez días tengo de nuevo cita con la ginecóloga, más o menos estaré de unas 9 semanas, pero me lo confirmarán en la ecografía. Pero ese mismo día al levantarme y colocarme la progesterona vuelvo a manchar, esta vez un flujo rosita y mancho así toda la mañana. Decido irme del trabajo a casa para descansar y hacer todo el reposo posible hasta la ecografía por la tarde.
Al llegar a la consulta le comento a la ginecóloga que llevo manchando desde por la mañana, no mucho pero me preocupa, y me pide que suba a la camilla. Me coloca el ecógrafo y me confirma que el embrión no tiene latido.
No tiene latido... No tiene latido... Mi marido se levanta de la silla y al ver mi expresión le cambia la cara. Hemos vuelto a perder. Otra vez más. Hemos vuelto a perder. Y ya van 4...
Le pregunto a la doctora si se sabe cuándo ha dejado de latir, y me confirma que en la semana 7+5. Otra vez justo antes de hacer las 8 semanas. Otra vez más en la misma fecha. Me pide que vuelva a vestirme y me explica lo que vamos a hacer.
Me dice que se trata de un aborto diferido, ya que paró hace días y todavía no he empezado a expulsarlo. El procedimiento a seguir es eliminarlo con un legrado. Como la hemorragia no es excesiva, me pide que vaya a casa, haga reposo para evitar que vaya a más el sangrado y me da un volante para ingresar al día siguiente para un legrado. ¿Un legrado? Había oido hablar de eso, pero en los 3 abortos anteriores no me lo tuvieron que hacer y no sé exactamente en qué consiste.
Me lo explica un poco por encima. Creo que no quiere entrar en detalles debido a mi estado de nervios. Me pide que deje te tomar la progesterona, el adiro y el natalben... Me explica que quizá la progesterona ha hecho que aunque el embarazo se haya parado, no lo he expulsado como las anteriores veces. Y vuelve a insistir que no tome adiro ya que puede causarme hemorragias.
Y nos marchamos a casa... Nada más salir de la consulta llamamos a casa, nuestra familia estaba pendiente de que todo fuera bien. Todos esparábamos que iba a ir bien. Pero no ha sido así. Una vez más, no ha ido bien.
5 oct 2013
El hermanito está en la barriga de mamá
Muchas veces he pensado que estamos confundiendo a nuestro hijo Andrés.
Empezamos a buscar un hermanito cuando cumplió el año, y enseguida que conseguimos el embarazo empezamos a hablarle de su hermanito. Cierto es que cuando Andrés tenía año y poco no llegaba a entender del todo lo que era la figura del hermanito pequeño. Y él se limitaba a decir: "Mamá-bebé"
Después del primer aborto, dejamos de atenderle cuando hacía esa frase, o le decíamos que el bebé se había marchado, claro que si para él era complicado entender que había un bebé, más complicado era entender que ya de repente no estaba. Poco a poco se olvidó.
Conseguimos otro embarazo y vuelta a empezar... el hermanito aquí, mira la barriga de mamá, ¿le vas a dejar tus juguetes? ¿vas a ayudar con el biberón? y de nuevo, otro aborto; éste ya cuando Andrés tenía 26 meses.
Volvemos a conseguir otro embarazo... ahora pienso ¿irá este bien? o ¿terminaré liando a mi hijo otra vez con ahora está, ahora no está? Es muy difícil hacerle ver a un niño tan pequeño lo que ocurre, y más cuando a nosotros mismos nos cuesta aceptarlo.
En un primer momento pensé en no decirle nada del hermanito en camino, pero claro, era ya mi quinto embarazo, y debía cuidarme todo lo posible, me han recomendado no coger peso, no hacer ejercicio, como mínimo hasta el primer trimestre... Asi que le explicamos a nuestro peque de ya casi 30 meses, que mamá tiene pupa en la tripa, que hay un bebé, y que no puede cogerte en brazos...
Bonita forma de decirle a mi hijo: "Ahora está tu hermanito aquí, asi que mamá no te puede hacer tantos mimos (o de la misma forma), como lo hacía antes..." Me sentía fatal...
Pero a él le gusta la idea del hermanito pequeño, no sé si porque para él lleva la tira de tiempo dentro de la barriga de mamá y no termina de nacer (desde la primera vez que se lo dijimos ha pasado más de un año...) Incluso le pone nombre, si es niño se va a llamar Roberto. ¡Pues peor me sentía yo! ¿Y qué pasa si sale mal otra vez?
No paro de darle vueltas a esto. Menudo lio le estamos formando.
Empezamos a buscar un hermanito cuando cumplió el año, y enseguida que conseguimos el embarazo empezamos a hablarle de su hermanito. Cierto es que cuando Andrés tenía año y poco no llegaba a entender del todo lo que era la figura del hermanito pequeño. Y él se limitaba a decir: "Mamá-bebé"
Después del primer aborto, dejamos de atenderle cuando hacía esa frase, o le decíamos que el bebé se había marchado, claro que si para él era complicado entender que había un bebé, más complicado era entender que ya de repente no estaba. Poco a poco se olvidó.
Conseguimos otro embarazo y vuelta a empezar... el hermanito aquí, mira la barriga de mamá, ¿le vas a dejar tus juguetes? ¿vas a ayudar con el biberón? y de nuevo, otro aborto; éste ya cuando Andrés tenía 26 meses.
Volvemos a conseguir otro embarazo... ahora pienso ¿irá este bien? o ¿terminaré liando a mi hijo otra vez con ahora está, ahora no está? Es muy difícil hacerle ver a un niño tan pequeño lo que ocurre, y más cuando a nosotros mismos nos cuesta aceptarlo.
En un primer momento pensé en no decirle nada del hermanito en camino, pero claro, era ya mi quinto embarazo, y debía cuidarme todo lo posible, me han recomendado no coger peso, no hacer ejercicio, como mínimo hasta el primer trimestre... Asi que le explicamos a nuestro peque de ya casi 30 meses, que mamá tiene pupa en la tripa, que hay un bebé, y que no puede cogerte en brazos...
Bonita forma de decirle a mi hijo: "Ahora está tu hermanito aquí, asi que mamá no te puede hacer tantos mimos (o de la misma forma), como lo hacía antes..." Me sentía fatal...
Pero a él le gusta la idea del hermanito pequeño, no sé si porque para él lleva la tira de tiempo dentro de la barriga de mamá y no termina de nacer (desde la primera vez que se lo dijimos ha pasado más de un año...) Incluso le pone nombre, si es niño se va a llamar Roberto. ¡Pues peor me sentía yo! ¿Y qué pasa si sale mal otra vez?
No paro de darle vueltas a esto. Menudo lio le estamos formando.
1 oct 2013
Comentarios que ¿ayudan?
"Estas cosas pasan"
"¿Por qué no esperáis un poco más antes de intentarlo de nuevo?"
"Yo conozco a una chica que tuvo 8 abortos y al final no lo consiguió"
"A ver si es que tu marido no vale para tener hijos"
"En medicina no está todo estudiado"
"Cruza las piernas cuando te sientes, ya verás como así no sangras"
"Eres primeriza y no tienes ni idea"
"No te preocupes, todavía eres joven"
"Bueno, por lo menos te quedas embarazada"
"¿Por qué no esperáis un poco más antes de intentarlo de nuevo?"
"Yo conozco a una chica que tuvo 8 abortos y al final no lo consiguió"
"A ver si es que tu marido no vale para tener hijos"
"En medicina no está todo estudiado"
"Cruza las piernas cuando te sientes, ya verás como así no sangras"
"Eres primeriza y no tienes ni idea"
"No te preocupes, todavía eres joven"
"Bueno, por lo menos te quedas embarazada"
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